Magnífica figura de bronce "Guăng Mù Tiān wáng, Rey celestial", dinastía Ming

Magnífica escultura de gran formato que representa a Guăng Mù Tiān (广目天王), deidad protectora de los templos budistas y uno de los Cuatro Reyes Celestiales, también conocido como “Virūpākṣa” o “El que lo ve todo” venerado por su papel como defensor del Dharma.

Esta figura, de fuerte presencia y elaborado detalle, está realizada en bronce fundido y cubierta con aplicación de pigmento dorado, evidenciando técnicas de policromía típicas de la Dinastía Ming (1368-1644). Se presenta de pie, en posición firme, símbolo de estabilidad y solidez. La actitud de la deidad es de gran autoridad y solemnidad: el brazo derecho flexionado con la mano cerrada en puño, sosteniendo un pequeño animal, mientras que la mano izquierda permanece abierta en un gesto de protección o bendición.

El rostro, de expresión seria y concentrada, exhibe rasgos poderosos: cejas en arco marcadas, ojos almendrados de mirada baja y serena, y una prominente urna en la frente, símbolo de visión espiritual. La cabeza está coronada por un elaborado tocado con motivos flameantes y florales, acompañado por finos rizos y perlas en relieve.

El torso y extremidades se protegen con una armadura magistralmente decorada, compuesta por relieves de escamas, placas cuadrangulares, y prominentes aplicaciones de máscaras de león, símbolos de poder y protección. Los hombros se adornan con hombreras de formas onduladas de cabeza de felino con las fauces abiertas, mientras que los faldones y cintas decorativas se disponen en fluidas volutas que añaden movimiento a la composición.

La superficie conserva restos de la aplicación original de pigmento dorado, aunque se observan zonas con desgaste, craquelados y leves faltantes. Bajo la capa de dorado se distingue claramente la base de bol rojo, típica de la técnica de dorado sobre metal. El interior de la figura muestra las huellas de la fundición tradicional en bronce, con restos de la estructura interna y marcas propias del proceso artesanal, evidenciando su antigüedad.

Por sus dimensiones monumentales, su exquisita factura y el nivel de detalle iconográfico, esta figura está destinada a ocupar un lugar destacado en un templo o altar, funcionando como guardián simbólico de los espacios sagrados. 

Dinastía Ming (1368-1644).

Altura: 130 cm (aprox.).

Procedencia: 

· Colección particular europea. 

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